miércoles, 28 de abril de 2010

ESTRENO CHILENO!!! SANFIC 6 - Agosto 2010


TENEMOS FECHA--- QUEDAMOS SELECCIONADOS EN EL SANFIC, FEST INT DE SCL, que parte el 17 de agosto del 2010. Estamos en competencia. Cuando sepamos las fechas, las anunciaremos. Post Sanfic6, VELODROMO saldrá a pedalear por ahi de una manera garage.

mas info de estrenos, funciones, etc, pronto...

martes, 27 de abril de 2010

Entrevista al Director en A Sala Llena OnLine


Alberto Fuguet
ya era conocido en el mundo literario gracias a libros como Por Favor, Rebobinar; Las Películas de mi Vida y Tinta Roja. Obras que lo convirtieron en abanderado de la denominada Nueva Narrativa Chilena. Sin dejar de escribir ficción y notas periodísticas, en los últimos años se volcó a la dirección cinematográfica, con igual repercusión. Hace unos días estuvo en la 12ª edición del Bafici presentando Velódromo, su estupendo segundo largometraje. Esto es lo que nos dijo con respecto a la película y otros proyectos.

¿Cómo surgió la idea de Velódromo?

La imagen esencial la tenía hace mucho tiempo: un tipo anda en bici por la noche, por calles tranquilas y luego se mete al velódromo y se encienden las luces. Casi como si Dios estuviera ahí, iluminándolo. Creo que tiene que ver con que me crié en USA, cerca de un velódromo. Mi padre me contaba de velódromos. Y las bicis aparecen en mis libros y, claro, en mi vida. Me gustan las pelis con bicis.

El Resto de la Entrevista en A Sala Llena Online

jueves, 22 de abril de 2010

Afiche de Velódromo


El afiche de nuestra película.

martes, 20 de abril de 2010

sábado, 17 de abril de 2010

la felicidad de la bicicleta

del blog http://www.hataricine.com.ar de Bs As....

Bafici 2010: La felicidad de la bicicleta

por Soledad Bianchi

Velódromo, de Alberto Fuguet con Pablo Cerda, Francisca Lewin, 111 min, 2010


Movimiento constante. El elemento protagónico es la bicicleta, indudable motivación del personaje. Su relación con ella no es de cariño, sino de goce. En su andar, se ve la necesidad de pedalear hacia delante, sin rumbo ni obstáculos. Su lugar más preciado es un impresionante (con el verdadero significado de la palabra) velódromo, al que añora desde unas gradas, lejanas a la pista curvada. Este lugar marca la progresión de la película, como una llegada a la tranquilidad. No se trata de una carrera, de conseguir éxito, sino de intentar liberarse de los prejuicios propios y ajenos. De escaparse de una nube negra que lo sigue, pero que en realidad, él mismo condensa.

La película se desarrolla en torno de la vida de Ariel Roth Roth, y no es una equivocación de tipeo. Hay algo en ese doble apellido que es referido y no contado. Da la sensación que el personaje estuvo en crisis por este tema, una crisis que lo alejó del mundo, que lo volvió lo que es, y que de alguna forma escurridiza, superó, por eso no lo cuenta. En Velódromo, el tema es otro. Los episodios, separados por placas, marcan las etapas de una inevitable meta: los 35 años. Algo de lo que no puede escapar, pero que intenta detener, o entender. Desarraigado. Antes de morir, su madre adoptiva le deja un departamento, porque para ella era lo más importante. Y no se equivoca, este lugar pasa a ser su refugio, al igual que los paseos en bicicleta que también lo son pero al descubierto. Lo acompaña constantemente la Mac, alterna películas descargadas con Photoshop, y vive prescindiendo del amor, aunque no de la compañía, sino más que nada, de los compromisos. Sin embargo, todos los que lo abandonan, su novia y mejor amigo, intentan recuperarlo, porque de alguna manera, envidian su libertad.

El acento está puesto en la comedia. Los gags se repiten, y hacen reír a los que se sienten más identificados. Una narración que no frena su movimiento. La imagen del corte del cable del freno de la bicicleta de Ariel lo demuestra. El montaje coreográfico del principio, auspicia los buenos encuadres. Todos los planos se abocan a recorren las actitudes de un protagonista bien elegido. Velódromo experimenta coincidencias con Te creís la más linda (pero erís la más puta), presentada también en la 12º edición de BAFICI. Más que de idioma, de género. Ambas están divididas en capítulos, se refieren a un personaje, la construcción de su personalidad, su relación con las mujeres y con quienes los rodean. Quizás por simple coincidencia, para ambos la salvación es su bicicleta. Las diferencias generacionales de los directores se hacen evidentes en la experiencia, en la superioridad de la puesta en escena. Velódromo es más lograda, por la coherencia del relato y lo efectivo de la narración. Cine chileno, hecho fuera de los márgenes comerciales, de las estilizaciones abundantes. Cine claro.


viernes, 16 de abril de 2010

Suplemento Página 12 Entrevista al Director

“Si un arte pide permiso, se desvirtúa”

*Por Facundo García
“La última vez que salí a pedalear fue durante la noche del terremoto, porque no había comunicaciones”, cuenta el escritor y cineasta chileno Alberto Fuguet. Ya más tranquilo, se sienta a conversar sobre la película que está estrenando esta noche en el Buenos Aires Festival de Cine Independiente. Se trata de Velódromo, una obra tan íntima que se hace complicado abordarla con objetividad. Para los que se identifiquen con el director, será el afiladísimo retrato de una zona masculina que hasta ahora las pantallas no han sabido incluir, un rescate del placer de contar y un intento por dar cauce a una nueva etapa para el séptimo arte de la región: la era del cine garaje. Una muestra, en definitiva, de lo importante que es seguir haciendo arte independiente.

Velódromo es sobre bicis, afectos y cinefilia. Más allá de que las ruedas siempre han estado ligadas al celuloide (los rollos de cinta, las manivelas, etcétera), el protagonista tiene una relación vital con su mountain bike y con las películas que baja por la web.

Leer Artículo Completo en Página 12

jueves, 15 de abril de 2010

la Nacion De Argentina Entrega Su Punto de Vista

Alberto Fuguet, elogio de la libertad

Uno de los males del cine sobre "problemas existenciales" es su constante afectación. Como si el drama o los tiempos muertos fueran el único camino para mostrar la incertidumbre del hombre moderno, muchos directores se vuelcan por films que pecan de pretenciosos y que fallan en un punto clave: conmover al espectador. Velódromo es la antítesis de ese cine. No solo se ríe de ciertos lugares comunes sino que además comprueba que es posible hacer películas sin manipulaciones. El hombre orquesta detrás de esta pequeña maravilla es Alberto Fuguet, periodista, escritor, director y guionista chileno, quien estrenó mundialmente su segundo film tras Se arrienda en el marco del Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires. Fuguet (cuyas novelas Tinta Roja y Mala onda son dos paradas literarias obligatorias) habló con lanacion.com sobre Velódromo, un film hecho en viñetas (inspirado en Jeffrey Brown y Mafalda), un sincero y modesto viaje de alguien llamado Ariel que dibuja su vida, no sin antes advertirnos que realmente no sabe "si hay mucha historia aquí".

Leer el resto del artículo en La Nacion de Argentina

miércoles, 14 de abril de 2010

Más Opiniones Acerca de la Película



VELÓDROMO
Dir. Alberto Fuguet (Chile, 2009, 111')

"Bienvenidos a mi planeta. No es muy grande, pero al menos gira" dice el protagonista de Velódromo al comienzo de su historia. En realidad es uno de los protagonistas: el otro es su bicicleta, con quien no habla, pero tiene momentos intensos. Fuguet retoma alguna de las obsesiones de su film "Se arrienda" y cuenta la historia de Ariel, un joven diseñador gráfico free lance de 34 que es feliz viendo cine en su notebook y andando en bici. El resto de las cosas -el paso del tiempo, las relaciones, la amistad, el trabajo, etc- lo hartan. Por momentos parece llevarlo bien, y en otros entra en una de esas crisis de las que sólo parece sacarlo el pedaleo (y el cine, claro). Una película honesta en su narración y su factura, decidida a capitalizar el avance de las nuevas tecnologías en lugar de renegar de ello, y con unos momentos de humor e ironía que la vuelven la mejor ficción en las filas de este Bafici. De yapa, el protagonista de la historia está tan bueno como salir a andar en bici con el mejor de los discos sonando en tu ipod.

De Rastro de Carmin Radio

Aparecen las primeras Impresiones De La película

*Velodromo, Vitalidad de Cine Chileno En Festival Bafici

Por MARIA ZACCO BUENOS AIRES, 13 (ANSA)- La crisis existencial de un joven que escapa a los mandatos sociales y se refugia en su mundo privado, donde el cine y su bicicleta son pilares fundamentales, es abordada en tono de comedia en "Velódromo", uno de los 13 filmes chilenos que se presentan en el Festival BAFICI de Argentina, evidencia de renovación en el cine de ese país.
El segundo largometraje del escritor y cineasta chileno Alberto Fuguet hace foco en Ariel Roth, quien está a punto de cumplir 35 años y no tiene grandes ambiciones. Este es para el protagonista su mayor capital, aunque será motivo para que su mejor amigo se aleje de él y su novia lo abandone.

PLANETA FUGUET x Ezequiel Acuña

Planeta Fuguet

Claridad narrativa, agudos diálogos y un poder visual a dos ruedas:
de eso se trata
Velódromo, o, mejor dicho, de los treinta (y pico), los
amigos, los amores, el futuro y la soledad (temas que ya estaban presentes
en la película anterior del escritor chileno,
Se arrienda). Fuguet
homenajea al cine como en sus libros, también se burla y se ríe de ellos
(como en sus libros) y divide la película en capítulos (como en muchos
de sus libros).
Velódromo es una película emocional, existencial, con
buenas actuaciones, con muchos chistes que funcionan sin caer en
localismos y con un protagonista que, casi como el personaje de
Marley
y yo
, comparte su vida con una bicicleta (su mejor amiga, como el perro
de Owen Wilson). El amor por pedalear, descargarse, pensar, sufrir y
observar es la tentativa invitación que nos hace Fuguet, y a saltar el
alambrado y perdernos en ese velódromo donde todo gira y da vueltas
como en un planeta, un lugar bastante conocido para muchos.

Ezequiel Acuña

lunes, 12 de abril de 2010

la primera funcion según La Tercera

Fuguet estrenó Velódromo

en el primer fin de semana de Bafici

Famoso por sus apuestas arriesgadas, el mayor festival de cine de Sudamérica exhibió la segunda película del escritor chileno, que esta vez incursiona en la comedia.

por Graciela Marín (Buenos Aires) - 12/04/2010 - 08:52
El shopping Abasto, que alberga uno de los complejos de cine más grandes de la capital transandina, está por completo dedicado al Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. Allí, a sala llena, la noche del sábado se estrenó Velódromo, el segundo largometraje de Alberto Fuguet. Para el escritor y director, es el regreso a casa. "Fue acá donde tomé la decisión de ser cineasta. Vi películas como las de Ezequiel Acuña y sentí que podía hacer películas chicas, en cuanto a temáticas y planteamiento de personajes. Y así, me largué con Se arrienda".
Ese debut lo estrenó en Bafici. Y ahora repite la experiencia, en medio de una selección abrumadora de 422 películas que se exhiben en 12 días, hasta el 18 de abril. Filmes que difícilmente llegan a cines comerciales, con propuestas arriesgadas, miradas cuestionadores, antihéroes, y, tal como demostró el filme que abrió el festival, Secuestro y muerte, del argentino Rafael Filipelli, con tendencia a los temas políticos.

Pero también hay espacio para las pequeñas historias. Así es Velódromo, que relata en tono de comedia las desventuras del Ariel Roth, un joven de 34 años que no tiene grandes ambiciones en la vida aparte de "estar tranquilo" y andar en bicicleta. Un filme pausado, donde el foco está puesto en la chispa de sus diálogos y, sobre todo, la amargura y confusión de un protagonista (Pablo Cerda) incapaz de entender las sutilezas y necesidades de quienes lo rodean.

"El protagonista es como primo del protagonista de Se Arrienda, Gastón. Es repelente y pesado, está lleno de deficiencias. Es un tipo torpe, pero creo que el público empatiza con él", explica. Filmada en formato digital, con un rodaje de 20 días y un presupuesto pequeño, el filme fue un descanso después de los problemas que tuvo tras su intento de rodar Perdido, sobre El empampado Riquelme.

Gracias a la libertad de la cámara digital, pudo permitirse hacer largas tomas callejeras de Pablo Cerda sobre su bicicleta. Así, se luce un Santiago pre-terremoto, amable, en el que barrios como Ñuñoa y Providencia se transforman casi en coprotagonistas de una película poblada de personajes perdidos, confundidos, pero que enfrentan el mundo con ironía.

domingo, 11 de abril de 2010

Comenzó El Pedaleo con Velódromo


Anoche en Buenos Aires en medio del Bafici se estrenó Velódromo. Una sala llena nos recibió bastante bien y nuestra película ya empieza a pedalear.