martes, 7 de diciembre de 2010
VELODROMO en el Velódromo... de Curicó
jueves, 18 de noviembre de 2010
EXTRA: DVD bonus track junto a novela AEROPUERTOS....
Aquellos que quieren un DVD-DVD de Velódromo, no un torrent, bueno, habrá una manera de acceder a lo más parecido a "un dvd original". Será como un bonus track a aquellos que compran la novela Aeropuertos exclusivamente en la Librería Qué Leo de Santiago (hay varias pero la más conocida está en Prov con Las Urbinas). Eso-- un buen bonus y ojo con el cameo el Ariel en la novela.
lunes, 8 de noviembre de 2010
un mapa propio...
del libro de ensayos SOLO LAS COSAS del argentino Agustin J. Valle, otra reflexión acerca de lo que implica arielar...
En bicicleta, se arma otro mapa de la ciudad. La imagen del terreno urbano recupera progresivamente su tridimensionalidad. Recupera características geográficas perdidas en la insensibilización que el sentido del tacto sufre en el coche, donde se ve monopolizado por la presión homogénea del acelerador bajo la punta de los pies. Ese elemento, el acelerador, redirecciona la afectación que las cuestas producen en el cuerpo hacia la nafta. En bicicleta, en cambio, el cuerpo pasa a ser la medida de las cosas.¡
martes, 12 de octubre de 2010
Coke Habla!
José Pablo estudia derecho y es uno de los actores de Velódromo, la película dirigida por Alberto Fuguet. Al escritor lo conoció primero en el colegio cuando leyó Mala Onda, y como varios en su momento amó al personaje Matías Vicuña.
Cuando estudiaba en el Saint George’s postuló con un amigo para participar en una película de este libro que haría Fuguet. Quedó y la película no se hizo. Más tarde Alberto lo llamó para participar en “Dos Horas”. Ahora después de su debut en la pantalla grande no tiene grandes expectativas con la actuación, sólo sabe que le gusta y quiere seguir, hablamos con él sobre ello.
¿Cómo fue el proceso de grabación de la película Velódromo?
Alberto me dejó bastante ser, no me daba muchos consejos porque creo que no quería presionarme. Fue lo más natural posible. Pablo me dirigía más, me daba más indicaciones de posturas, de cómo hablar. Fue todo muy espontáneo, porque nunca hubo la presión de una cámara muy grande. O si esto sale mal no vamos todos a la cresta. Siempre fue un círculo bastante íntimo.
Alguna anécdota…
Una vez nos colamos a un funeral. En una de las primeras escenas era de otra persona, después nos echaron del cementerio, tuvimos que correr. Todo era demasiado entretenido.
¿Encuentras que te pareces al personaje?
Yo soy súper opuesto al personaje. No soy millonario no manejo un auto y no sé si me agarraría a un hueón. Yo para hacer el personaje pensé cómo sería yo lo más extrapolado posible. Para acercarme a lo que es Coke, porque como no soy actor no sabía como interpretar las sensaciones de Coke. Traté de hacerlo como yo, siendo otra persona.
Y sobre el personaje de Pablo Cerda, Ariel Roth ¿qué opinas?
Creo que hay muchos Pablos en la cris de los 30, que no han logrado nada. La reflexión más importante es que al final lo que el le pide a la vida es que nadie te huevee y lo logra. Y cuando logras esa independencia, y consigues que nadie te ande mangoneando ni diciendo como hacer las cosas, es llegar a un buen momento de la vida.
Ariel Roth es un bacán, porque a pesar de no tener nada y no aspirar a nada lo logra todo: andar en su bicicleta, tener un tipo de relación sentimental y trabajo medio estable. Al final logra andar feliz, sin que nadie lo moleste. Si uno quiere ver una película con un héroe de protagonista, tiene que ver otra, no Velódromo. Él es un distinto tipo de héroe, Ariel es un héroe más humano, que te puedes topar en la calle. Pero yo no me parezco a él, quiero más cosas en la vida.
¿Alguna vez has querido dejar derecho y dedicarte al teatro?
Estudié derecho porque quería ser profesor, lo del teatro nunca me lo planteado hasta ahora, a veces se me pasa por la cabeza dejar todo y empezar a estudiar teatro. A mí no me gustaría hacer teatro de todas formas, hacer obras y eso, me gustaría hacer cosas como las que he hecho con Fuguet. Pero nunca me he hecho grandes expectativas con este trabajo, no creo que llegue un canal a pedirme que trabaje en algo. Si eso pasara voy altiro. Me encantaría.
viernes, 8 de octubre de 2010
Velodromo en TALCA
preguntas y respuestas y dudas y comentarios después....
domingo, 3 de octubre de 2010
llenar un vacío
No sólo hay críticas en la prensa tradicional (o en twittter....) sino en blogs y en medios nuevos, como Paniko.cl Los medios nuevos tienen más espacio o acaso más libertad. Aquí una aproximación al interior de Ariel que nos interesó y que nos pareció llena vacíos críticos
Velódromo: Llenar un vacío
por Marcelo Poblete
Como se sabe, Velódromo se estrenó en sólo una sala- Ladrón de Bicicletas- y en Bazuca y VTR on demand. A pesar de eso, todavía hay cosas que decir sobre la nueva de Fuguet.
Andar en bicicleta, como ver películas, son cosas que se pueden hacer en soledad perfectamente. Podemos vivir la experiencia a nuestro antojo, bajarnos o salirnos cuando queramos, tomar los atajos que se nos ocurran, sin dar explicaciones a nadie. No hay presión de ningún tipo. No hace falta un cómplice. No es necesario llegar a un acuerdo. En ese sentido, andar en bicicleta, como ver películas, son las mejores formas de escape cuando queremos estar solos sin que se nos note tanto.
Ariel Roth, el protagonista de Velódromo, la ultima incursión cinematográfica de Alberto Fuguet, tiene esos dos pasatiempos/obsesiones y recurre a ellos cada vez que puede. No importa la hora, el lugar ni el estado de ánimo. La idea, se me ocurre, es tratar de llenar un vacío interno, sin recurrir a personas externas.
Ariel ve películas tirado en la cama, tomándose un café en un lugar publico, incómodo en su escritorio después de un carrete, desnudo en la tina o cuando afuera recién comienza a aclarar. Le da lo mismo.
Usa la tecnología no para conectar, sino para aislarse. Un poco como todos.
Todo bien hasta ahí. Alguien que no se quiere comunicar, que se reserva, que se aleja, a estas alturas me parece casi héroe.
Pero la aparición de su primo adolescente que lo tiene todo y a su vez todo le da lo mismo, o un director de esos que son revelación con su ópera prima o un escritor veinteañero que es grito y plata con una novela que todavía ni se publica, lo alteran. Se complica. Le sale algo parecido a la envidia o a la frustración. Se siente viejo, perdedor, fracasado.
Y es recién ahí donde realmente se le mueve el piso a su pequeño mundo creado a base de torrents, pedales y MP3.
Es en ese momento cuando uno dice, ¿en qué quedamos? ¿No era tan cool ser medio autista? ¿No te daba lo mismo que los que te rodeaban te mandaran a la cresta? ¿Si todo el mundo es tan imbécil entonces porqué no te sales con la tuya? ¿No te sentías tan superior? ¿Te tienen que entregar una beca por ver tantas películas?
Ariel Roth dice que andando en bicicleta no compite con nadie, que puede andar a su propio ritmo, sin que nadie lo apure. Perfecto. Pero su gran conflicto es cuando mira para el lado, cuando se compara, cuando saca la calculadora y el cronómetro.
Creo que no hay nada peor, nada mas cobarde, que decir que no se está compitiendo cuando lo único que se quiere es llegar de los primeros a la meta.
Siento que con la actitud que muestra Ariel Roth frente a los triunfos ajenos, deja en evidencia que estaba en una carrera, pero no quería que nadie se diera cuenta, y cuando creyó que ya no tenía opciones de ganar, decide retirase. Se sale. O se hace el lesionado. Y en otro lugar, donde nadie lo ve, comienza a pedalear lento, dando vueltas, de noche. Completamente solo. Sabe que ahí nunca va a llegar último. Pero tampoco primero.
Y a pesar de todo lo que se le pueda criticar a Ariel Roth, para mi eso es un final feliz. O casi.