martes, 7 de diciembre de 2010
VELODROMO en el Velódromo... de Curicó
jueves, 18 de noviembre de 2010
EXTRA: DVD bonus track junto a novela AEROPUERTOS....
Aquellos que quieren un DVD-DVD de Velódromo, no un torrent, bueno, habrá una manera de acceder a lo más parecido a "un dvd original". Será como un bonus track a aquellos que compran la novela Aeropuertos exclusivamente en la Librería Qué Leo de Santiago (hay varias pero la más conocida está en Prov con Las Urbinas). Eso-- un buen bonus y ojo con el cameo el Ariel en la novela.
lunes, 8 de noviembre de 2010
un mapa propio...
del libro de ensayos SOLO LAS COSAS del argentino Agustin J. Valle, otra reflexión acerca de lo que implica arielar...
En bicicleta, se arma otro mapa de la ciudad. La imagen del terreno urbano recupera progresivamente su tridimensionalidad. Recupera características geográficas perdidas en la insensibilización que el sentido del tacto sufre en el coche, donde se ve monopolizado por la presión homogénea del acelerador bajo la punta de los pies. Ese elemento, el acelerador, redirecciona la afectación que las cuestas producen en el cuerpo hacia la nafta. En bicicleta, en cambio, el cuerpo pasa a ser la medida de las cosas.¡
martes, 12 de octubre de 2010
Coke Habla!
José Pablo estudia derecho y es uno de los actores de Velódromo, la película dirigida por Alberto Fuguet. Al escritor lo conoció primero en el colegio cuando leyó Mala Onda, y como varios en su momento amó al personaje Matías Vicuña.
Cuando estudiaba en el Saint George’s postuló con un amigo para participar en una película de este libro que haría Fuguet. Quedó y la película no se hizo. Más tarde Alberto lo llamó para participar en “Dos Horas”. Ahora después de su debut en la pantalla grande no tiene grandes expectativas con la actuación, sólo sabe que le gusta y quiere seguir, hablamos con él sobre ello.
¿Cómo fue el proceso de grabación de la película Velódromo?
Alberto me dejó bastante ser, no me daba muchos consejos porque creo que no quería presionarme. Fue lo más natural posible. Pablo me dirigía más, me daba más indicaciones de posturas, de cómo hablar. Fue todo muy espontáneo, porque nunca hubo la presión de una cámara muy grande. O si esto sale mal no vamos todos a la cresta. Siempre fue un círculo bastante íntimo.
Alguna anécdota…
Una vez nos colamos a un funeral. En una de las primeras escenas era de otra persona, después nos echaron del cementerio, tuvimos que correr. Todo era demasiado entretenido.
¿Encuentras que te pareces al personaje?
Yo soy súper opuesto al personaje. No soy millonario no manejo un auto y no sé si me agarraría a un hueón. Yo para hacer el personaje pensé cómo sería yo lo más extrapolado posible. Para acercarme a lo que es Coke, porque como no soy actor no sabía como interpretar las sensaciones de Coke. Traté de hacerlo como yo, siendo otra persona.
Y sobre el personaje de Pablo Cerda, Ariel Roth ¿qué opinas?
Creo que hay muchos Pablos en la cris de los 30, que no han logrado nada. La reflexión más importante es que al final lo que el le pide a la vida es que nadie te huevee y lo logra. Y cuando logras esa independencia, y consigues que nadie te ande mangoneando ni diciendo como hacer las cosas, es llegar a un buen momento de la vida.
Ariel Roth es un bacán, porque a pesar de no tener nada y no aspirar a nada lo logra todo: andar en su bicicleta, tener un tipo de relación sentimental y trabajo medio estable. Al final logra andar feliz, sin que nadie lo moleste. Si uno quiere ver una película con un héroe de protagonista, tiene que ver otra, no Velódromo. Él es un distinto tipo de héroe, Ariel es un héroe más humano, que te puedes topar en la calle. Pero yo no me parezco a él, quiero más cosas en la vida.
¿Alguna vez has querido dejar derecho y dedicarte al teatro?
Estudié derecho porque quería ser profesor, lo del teatro nunca me lo planteado hasta ahora, a veces se me pasa por la cabeza dejar todo y empezar a estudiar teatro. A mí no me gustaría hacer teatro de todas formas, hacer obras y eso, me gustaría hacer cosas como las que he hecho con Fuguet. Pero nunca me he hecho grandes expectativas con este trabajo, no creo que llegue un canal a pedirme que trabaje en algo. Si eso pasara voy altiro. Me encantaría.
viernes, 8 de octubre de 2010
Velodromo en TALCA
preguntas y respuestas y dudas y comentarios después....
domingo, 3 de octubre de 2010
llenar un vacío
No sólo hay críticas en la prensa tradicional (o en twittter....) sino en blogs y en medios nuevos, como Paniko.cl Los medios nuevos tienen más espacio o acaso más libertad. Aquí una aproximación al interior de Ariel que nos interesó y que nos pareció llena vacíos críticos
Velódromo: Llenar un vacío
por Marcelo Poblete
Como se sabe, Velódromo se estrenó en sólo una sala- Ladrón de Bicicletas- y en Bazuca y VTR on demand. A pesar de eso, todavía hay cosas que decir sobre la nueva de Fuguet.
Andar en bicicleta, como ver películas, son cosas que se pueden hacer en soledad perfectamente. Podemos vivir la experiencia a nuestro antojo, bajarnos o salirnos cuando queramos, tomar los atajos que se nos ocurran, sin dar explicaciones a nadie. No hay presión de ningún tipo. No hace falta un cómplice. No es necesario llegar a un acuerdo. En ese sentido, andar en bicicleta, como ver películas, son las mejores formas de escape cuando queremos estar solos sin que se nos note tanto.
Ariel Roth, el protagonista de Velódromo, la ultima incursión cinematográfica de Alberto Fuguet, tiene esos dos pasatiempos/obsesiones y recurre a ellos cada vez que puede. No importa la hora, el lugar ni el estado de ánimo. La idea, se me ocurre, es tratar de llenar un vacío interno, sin recurrir a personas externas.
Ariel ve películas tirado en la cama, tomándose un café en un lugar publico, incómodo en su escritorio después de un carrete, desnudo en la tina o cuando afuera recién comienza a aclarar. Le da lo mismo.
Usa la tecnología no para conectar, sino para aislarse. Un poco como todos.
Todo bien hasta ahí. Alguien que no se quiere comunicar, que se reserva, que se aleja, a estas alturas me parece casi héroe.
Pero la aparición de su primo adolescente que lo tiene todo y a su vez todo le da lo mismo, o un director de esos que son revelación con su ópera prima o un escritor veinteañero que es grito y plata con una novela que todavía ni se publica, lo alteran. Se complica. Le sale algo parecido a la envidia o a la frustración. Se siente viejo, perdedor, fracasado.
Y es recién ahí donde realmente se le mueve el piso a su pequeño mundo creado a base de torrents, pedales y MP3.
Es en ese momento cuando uno dice, ¿en qué quedamos? ¿No era tan cool ser medio autista? ¿No te daba lo mismo que los que te rodeaban te mandaran a la cresta? ¿Si todo el mundo es tan imbécil entonces porqué no te sales con la tuya? ¿No te sentías tan superior? ¿Te tienen que entregar una beca por ver tantas películas?
Ariel Roth dice que andando en bicicleta no compite con nadie, que puede andar a su propio ritmo, sin que nadie lo apure. Perfecto. Pero su gran conflicto es cuando mira para el lado, cuando se compara, cuando saca la calculadora y el cronómetro.
Creo que no hay nada peor, nada mas cobarde, que decir que no se está compitiendo cuando lo único que se quiere es llegar de los primeros a la meta.
Siento que con la actitud que muestra Ariel Roth frente a los triunfos ajenos, deja en evidencia que estaba en una carrera, pero no quería que nadie se diera cuenta, y cuando creyó que ya no tenía opciones de ganar, decide retirase. Se sale. O se hace el lesionado. Y en otro lugar, donde nadie lo ve, comienza a pedalear lento, dando vueltas, de noche. Completamente solo. Sabe que ahí nunca va a llegar último. Pero tampoco primero.
Y a pesar de todo lo que se le pueda criticar a Ariel Roth, para mi eso es un final feliz. O casi.
¿Quién quiere ser Ariel Roth?
viernes, 24 de septiembre de 2010
La generación Perdida Según Qué Pasa
martes, 21 de septiembre de 2010
la mirada femenina a este "boy flick"
Velódromo Vuelve a Sala Después de la Fiesta del Bicentenario
menos es mas: dejar atras la limusina del celuloide
Un giro radical asume Alberto Fuguet como cineasta y productor tras su debut con “Se arrienda” (2005), al optar por una película a pequeña escala y con una reducida distribución en el circuito comercial de salas.
Ariel (Pablo Cerda) es un diseñador gráfico de 34 años cuyas pasiones son andar en bicicleta y ver películas en su computador. Tras la ruptura amorosa con Claudia (Francisca Lewin) y el distanciamiento con su amigo Carlos (Andrés Velasco), intenta recomponer su vida y establece amistad con Danko (Lalo Prieto) instructor de artes marciales y Coke (Juan Pablo Gómez) un primo teenager y millonario.
Un avance en el sentir lúdico del cine ofrece Fuguet, acierto para un director que privilegia que sus protagonistas recorran la ciudad, tal como vimos en “Se arrienda”. En este caso los travellings que siguen a Ariel en su bicicleta acercan al espectador a una sensación de soltura, similar a la que ocurre al ver a Nanni Moretti arriba de su Vespa en “Caro diario” (1993). Atractivo que se basa en secuencias minuciosamente elaboradas, con detalles como el sonido de la cadena en sincronía con irregular ritmo del pedaleo o melodías contagiosas que acompañan los derroteros de Ariel.
Frente a esa simpleza de la historia, con notable trabajo de montaje y fotografía, se contradicen las explicaciones de cada período del protagonista con títulos ad hoc, tan innecesarios como la autopresentación que realiza Ariel en el inicio. Fallas que también atentan contra la verosimilitud, pues a pesar de la belleza del plano de año nuevo que implica el paso del tiempo, no se advierte el cambio de estaciones en el año entero que vemos al ciclista. Lo más curioso es que Ariel tampoco enfrenta algún problema con los autos y micros que transitan, algo difícil de creer en especial si no usa casco. O tal vez lo que lo define radica en que su actitud de vida es andar sin casco, sin responsabilidades emocionales y con el desparpajo de la intolerancia
Mirada generacional con personajes ligeramente insulsos que se cruzan con la sensibilidad de la nueva camada, como Coke, que son más libres y desenfadados sexualmente que Ariel, para quien la ruptura con Carlos causó mayor impacto que el término con Claudia. Vacío que da pie a la alienación, expuesta cuando Ariel mira películas sólo frente al computador y que tiene su contraparte (y ese es el gran logro) en los instantes de mayor intensidad, como el sutil y logrado diálogo entre él y la mujer de Danko durante un asado.
Sin duda, a Fuguet como cineasta le acomoda más una bicicleta digital que la limosina de celuloide que significó su trabajo anterior, ahorro que implica mayor autonomía, lo que debería ser para él un atributo invaluable.
lunes, 20 de septiembre de 2010
¿¿¿Cómo ver VELODROMO????????
gracias, gracias, gracias a todos los que ya han visto VELODROMO y a los que han hablado de ella, y apoyado, y criticado para bien y esparcido el evangelio de ARIEL. Y aunque sabemos que no le piden tanto a la vida, si entendemos que la quieren ver
jueves, 16 de septiembre de 2010
Novedades Funciones Velódromo. HAY CAMBIOS
jueves, 9 de septiembre de 2010
miércoles, 8 de septiembre de 2010
El 16 de Septiembre Velódromo para TODOS
viernes, 27 de agosto de 2010
El diario del SANFIC entrevista a Alberto Fuguet
Entrevista aparecida en el diario del SANFIC.
Alberto Fuguet / director
Competencia de Cine Chileno
VELÓDROMO
El cine convencional nos acostumbró a que los protagonistas encarnaranvalores o ideas con las cuales el público busca identificarse, pero en las últimas décadas se ha hecho más habitual encontrarse con personajes que no necesariamente generan una empatía con el público. En ese sentido, ¿por qué decidiste desarrollar un personaje como Ariel Roth?
A mí lo que más me interesa como espectador primero, y luego como supuesto cineasta o creador, es lograr empatizar con el personaje y que el personaje lo logre con el público. Sobre todo con el tipo de cintas que deseo hacer, que están centradas 100% en el personaje principal (lo que yo llamo cine en primera persona). Mi impresión es que Ariel sí es capaz de generar una empatía pero, claro, no con todos. Tiene sus mañas, tics, es torpe y no anda intentando seducir al público, es cierto, pero creo que todos somos más o menos así. La gente que intenta seducirnos muy rápidamente es sospechosa.
Para mi gusto, Ariel es el más “normal” de todo el grupo, pero esa es mi visión. Hay muchos Arieles dando vueltas, claramente tiene cosas del grupo que hizo la película y desde siempre, creo, me han interesado los personajes que te conquistan y no aquellos que buscan seducir a la platea y tratar de ganar su simpatía de una.
Tu anterior largometraje, “Se Arrienda”, se realizó con un elevado presupuesto considerando los estándares del cine latinoamericano, mientras en “Velódromo” los costos fueron notoriamente menores. ¿Por qué decidiste hacerlo así?
“Se Arrienda” fue mi debut y mi aprendizaje, claramente. Y se hizo como se hacían las películas en ese entonces: cintas a lo Hollywood, pero hechas en América Latina, cintas filmadas en el siglo XXI, pero a la siglo XX. “Se Arrienda” fue parte de una manera de concebir el cine que todos en ese entonces (y muchos ahora) pensaban que era la única manera. Quizás lo era. Un cine que era semi-industrial, que necesitaba pagar sueldos, generar recursos y taquilla, que debía ser en cine y estrenarse en salas, etcétera. Todo esto ya no lo veo necesario. Ya no es tan clave ganar un fondo o esperar varios años e ir de work in progress a work in progress o tener que seducir a sensibilidades extranjeras. Jamás pensé que se podría filmar sin presupuesto y que un set podía parecerse al escritorio de un escritor. Lo hice porque nadie me ofreció dinero, es la verdad, pero en el camino descubrí que el cine garage es lo que me interesa y es por la libertad, la tranquilidad y la idea de que si el filme fracasa económicamente, no es gran tema porque el dinero fue tan mínimo que es casi como reclamar porque gastaste mucho en tus vacaciones. Esto que el dinero salga de la ecuación, creo que hace que el cine deje de ser sólo una industria y un arte muy tomado de la mano de la industria o de mecenas. Esto me parece de verdad revolucionario. Un escritor nunca ha necesitado conseguir dinero para escribir, y sabe que nunca vivirá de sus libros.
Sí, pero no por dárnoslas de guerrilleros, sino porque me parecía que le daba más realismo y nos ahorrábamos extras. La gente no captaba que estábamos filmando. Nos criamos con 35mm y todo nuestro imaginario es en 35mm y por eso lo queremos, pero también “Martes 13” y “Porky’s” se hicieron en 35mm. Creo que lo alucinante del digital es que se parece mucho más al ojo. Esto de no tener que depender de luces es bien alucinante. No sólo te da movilidad sino además te permite captar lo que uno ve, cómo uno lo ve y siente la noche, sobre todo. Creo que tal como algo serio sucedió cuando los escritores comenzaron a escribir con computador, lo mismo está sucediendo ahora que el HD se está democratizando. Lo importante, para mí, es filmar digital pero respetarlo, es decir, no tener un equipo de cine usando una cámara digital, eso sería como escribir a mano y luego pedirle a una secretaria que te tipeara todo. Este sistema, y esto lo saben todos lo que lo han usado, te permite, al final, intimidad. Trabajar con lo justo, y que se cree un ambiente de total confianza, donde uno se sienta como director a cargo del set y no sólo una persona más.
lunes, 23 de agosto de 2010
MEJOR ACTOR EN SANFIC
domingo, 22 de agosto de 2010
Como un disco entrañable
La segunda película de Alberto Fuguet es el remanso del guerrero tras Se arrienda, su irregular debut. Cinco años después de esa realización, Velódromo habla desde el lugar de quien ya no tiene nada que perder. La cinta incluso luce ascética al compararla con el cuento generacional de Se arrienda. Por esa razón, funciona durante muchos de sus tramos, con momentos inspiradísimos del Santiago nocturno (Fuguet es un gran retratista cinematográfico de las calles de la capital). La historia es mínima: un diseñador (Pablo Cerda) quiere escapar de la ruta laboral del sistema y del mapa emocional que representa su novia. Vive, en fin, la crisis de un treintañero. No es un filme impecable (es muy episódico y falta edición), pero es de aquellas películas que vibran por sus momentos. Como un disco entrañable del cual sólo escuchamos algunas canciones escogidas.
viernes, 20 de agosto de 2010
Estreno Oficial Oficial Oficial en Ladrón de Bicicletas
Nota de Zancada por Exhibición en Sanfic
por m
Encuentro que el Sanfic está cada día mejor. Siento que a poco la ciudad se ha ido impregnando del festival y cuando uno anda por la calle se da cuenta de que algo está pasando. Yo quería ser parte, pero como no tengo mucho tiempo para ir al cine, tenía que escoger con pinzas qué ver y me decidí por Velódromo, la película de Alberto Fuguet. Por suerte le achunté. Me gustó ene, enganché con la historia, los diálogos y los personajes.
Me encanta que se estén haciendo este tipo de películas en Chile, donde la gente habla, se mira, come o va al baño. Gente normal, bueno a lo mejor no taaan normal (quién lo es?), pero cuyas vidas son interesantes así como podría ser la de cualquiera. Donde a veces se conversan estupideces y a veces cosas importantes. Además enganché demasiado con algunos temas que rondan mi cabeza, como lo rápido que pasa el tiempo.
Al final de la función, Fuguet y Pablo Cerda, el protagonista, contestaron algunas preguntas del público. Yo pensé que como había tanta gente nadie se atrevería a preguntar, pero sí hubo valientes y ellos fueron demasiado buena onda en sus respuestas.
Para quienes les tinque, la volverán a dar hoy a las 18.00 horas en el Hotys de La Reina. Ojo porque la función de ayer estaba repleta y con una cola eterna para entrar, así que la recomendación es llegar con bastante anticipación. De todas maneras estén atent@s que se viene una nueva premiere Zancada!
Velodromo En Sanfic
Este miércoles en la noche Alberto Fuguet presentó por primera vez en Chile su película Velódromo dentro del Sexto Festival Internacional de Cine de Santiago (Sanfic 6) y hacia el final de la función la respuesta del público fue cálida, comprometida y con una serie de preguntas que mantuvieron a su realizador por varios minutos en la sala. Velódromo es una de las nueve cintas chilenas en competencia en el encuentro y ya en abril de este año estuvo exhibiéndose en el Festival de Cine de Buenos Aires (Bafici).
El filme protagonizado por Pablo Cerda (en la foto), Francisca Lewin y Lalo Prieto cuenta en 110 minutos los avatares de Ariel Roth, un diseñador en la medianía de los 30 años que al parecer sólo hace dos cosas bien en la vida: pedalear en su bicicleta por las calles de Santiago y descargar películas de internet. Quizás como un guiño al estilo de vida de su protagonista, siempre conectado a la red, Velódromo se estrenará comercialmente de una forma no tradicional, utilizando varias plataformas al mismo tiempo.
A diferencia de la exhibición normal de una cinta en salas (y donde permanece hasta que la taquilla la saca de cartelera), el segundo trabajo de Fuguet tendrá una exhibición de sólo dos semanas en la sala multimedial El ladrón de bicicletas, nuevo recinto ubicado en pleno Barrio Bellavista (Dardignac 0163) y que es de propiedad del periodista y figura de TVN Carlos Pinto.
El filme se dará en esa sala desde el 16 de septiembre, pero desde esa misma fecha también se podrá ver por la señal de cable VTR a través de su sistema de Video On Demand (películas compradas a gusto del consumidor) y por la misma vía en Bazuca.com
Esta modalidad de "estreno a tres pistas" como la llama Fuguet es única en el país, pero ya tiene antecedentes en Estados Unidos con Steven Soderbergh (quien estrenó sus filmes Bubble y The girlfriend experience en varias plataformas al mismo tiempo). En Europa, además, Jean-Luc Godard exhibió su última cinta Filme socialisme al mismo tiempo en Cannes 2010 y en internet de pago.
"El concepto de las ventanas (estrenar primero en el cine, luego en el DVD, después en el cable) está obsoleto. Desde que apareció el Iphone ya no tiene sentido. Por el contrario, yo suscribo la teoría de las habitaciones: es decir, cada quien ve la película donde más le acomode. Una familia quizás la ve en el cable, un universitario puede tener tiempo de ir al cine, un tipo con mucho trabajo solamente la puede ver en internet. Y no me importa que todo sea al mismo tiempo", dice Fuguet, quien adelanta que a fin de año la película se podrá ver gratis en su propio portal web Cinepata.com
jueves, 12 de agosto de 2010
Funciones en el SANFIC
jueves, 5 de agosto de 2010
VELODROMO, La Vida en Dos Ruedas
martes, 27 de julio de 2010
Trailer Oficial de Nuestra Película
Velódromo - Teaser Oficial from Cinépata on Vimeo.
lunes, 26 de julio de 2010
Pasear la soledad por el medio de la calle
viernes, 9 de julio de 2010
Entrevista en Vimeo al Director
jueves, 8 de julio de 2010
cinefilia ciclística
Del artículo de Christián Ramírez aparecido en Capital
martes, 6 de julio de 2010
PEDALEAR = FILMAR
Filmar=Pedalear
Algunos dicen que filmar es como escribir. Nunca mejor dicho al hablar de Velódromo, el segundo largometraje de Alberto Fuguet. La película se estrena en agosto próximo, pero su director la ha mostrado en universidades del mismo modo en que la hizo: con total libertad.
Por Christian Ramírez
No es una función de avant premiére; tampoco, un pase privado. En su mayoría se trata de universitarios. “El público ideal”, comenta a la pasada el director, quien no exhibe señal alguna de nervios previos a un estreno, porque en rigor no es tal. Es como si la película ya hubiera cumplido su misión con el hecho de haber sido rodada, montada y post producida.
Velódromo existe en un lugar en el que hace un par de años no había nada. Nació a toda velocidad, rodada en 15 días discontinuos, usualmente en fines de semana, con mínimo equipo y en propias casas y lugares favoritos de los involucrados, con una libertad, soltura y sentido de la alegría que ya se hubiera querido el propio cineasta en los días en que trataba de rodar la abortada Perdido, una película que al final no fue y que no proyecta ningún fantasma sobre el nuevo producto. De hecho, si este se parece a algo, es a un cuento, a una novela corta puesta en imágenes. Como si hacer películas de pronto se acercase cada vez más al proceso de escribir.
“Imagina que hace sólo cinco años figuraba filmando a Luciano –el ministro– Cruz Coke en 35 milímetros y con casi cuarenta personas mirando detrás de la cámara. Aquí seguimos a los actores apenas con una cámara digital. La nueva tecnología audiovisual te permite tener a un equipo muy chico, a no depender de dinero y a sentir que el set es un lugar donde se va a crear y no a cumplir o a ejecutar. Desde que dirigí hace un par de años el corto 2 horas siento que no hay gran diferencia entre escribir y filmar. En ambos medios uno puede llevar al extremo la primera persona”, explica Fuguet.
De hecho, es en primera persona que Ariel Roth (el actor Pablo Cerda) va narrando la historia de su crisis, de su caída. Un trayecto que a sus 35 años lo ha mantenido en una suerte de adolescencia en suspensión, de existencia automática en la que va perdiendo novia y amigos (pero también los gana), en la que debe negociar con distintos niveles de soledad y hastío, por no hablar del paso del tiempo y el temor a que todo en su vida se estanque. A que siga exactamente igual.
Roth –cinéfilo casi por intoxicación, ciclista por pasión– va sorteando los obstáculos con sorprendente energía y sentido del humor, transformando a Velódromo en una de las escasas comedias chilenas que sí funcionan y consiguen transmitir a la audiencia la vitalidad de un protagonista que, aunque parece vivir aprietos similares a los que Cruz Coke tenía en Se arrienda, no exhibe rastro alguno de esa tensión, claustrofobia y frustración.
En realidad, una comparación más exacta podría hacerse con Missing, el último libro de Fuguet. ¿Se puede concebir un programa doble de película y libro? En alguna forma, uno siente que las dos obras encajan: en ambas, el protagonista se lanza a un proceso de radical revisión. En ambas, ese trayecto comenzó mucho antes del comienzo de la narración (y con seguridad seguirá después de su final). En ambas, lo que se libera abre, antes que cierra caminos. ¿Y qué piensa el autor?
“No sé. No tengo tanta distancia para ver dónde todo encaja. Supongo que sí, pero la verdad es que las veo como energías opuestas. Quería hacer un film que me sacara del estado que necesité para escribir Missing. Si tándem significa incluir a tu opuesto, entonces sí. No las veo como un combo, no. Velódromo es una comedia, quizás existencial, quizás una comedia melancólica, pero se hizo desde la república de la energía, de la alegría y de la fisicalidad. Missing creo que viene de otras partes y ocupa otras energías. Creo que si mi tío Carlos hubiera tenido una bicicleta todo hubiera sido distinto. Perdido, la cinta que nunca se filmó, sí era un tándem con Missing, iba a ser algo así como el hermano gemelo de ese libro. Este es su opuesto. Creo”.
Aparte de vivir pegado a la pantalla de su notebook, Ariel está encadenado a su bici. Velódromo está cruzada de punta a cabo por pedaleo. Idas. Vueltas. Paseos. Llegadas. Partidas. A ratos pareciera que la verdadera relación afectiva del filme no fuera la de Ariel con sus amigos o con sus parejas, sino la que mantiene con las dos ruedas. Curiosa manera de dar cuenta de la intimidad, pero entendible dentro de un cine chileno que cada vez más está apelando a narrar desde el yo (en un amplio arco que va desde Huacho hasta La vida de los peces) y dentro del cual la obra anterior de Fuguet, la audiovisual y la escrita, no se siente fuera de lugar. Al revés, da la impresión de que las hubieran anticipado.
“Yo no sólo hice Se arrienda para iniciar o terminar una tendencia, o para dialogar con otras películas, sino para dialogar con un posible público. La verdad es que uno no tiene mucha idea de lo que hace, pero sí sé lo que no me gusta y lo que no quiero hacer. Como director o creador no me importa mucho hacia dónde vire el cine local, porque yo espero seguir mi camino, no puedo andar doblando a cada rato para todos los lados. Ahora, como espectador, claramente me interesa más el cine íntimo. Ahí lo paso mejor. Siento que ahora hay muchas más películas locales con las que lo puedo pasar bien e identificarme”, comenta el director.
A su manera, Ariel se hace a sí mismo. Después que se deshace del lastre, del personaje no quedan más que su bicicleta, su pantalla y la velocidad a la que se mueve. A ratos da la impresión de que el espectador ha recorrido un camino similar. Si él es un self made man, ¿Fuguet se sentirá a estas alturas un director hecho a sí mismo, autodidacta?
“Supongo. Por cierto no estudié cine… aunque tampoco estudié literatura. Pero supongo y espero que haber visto tantas películas –y hasta haber sido crítico– ha sido lo que me ha hecho. A la hora de filmar, soy antes que nada un cinéfilo. Luego viene todo el resto de lo que uno es o ha sido. Con práctica se va aprendiendo más y más. Filmar tu segunda película es más fácil que la uno y ya al filmar la tres te sientes totalmente en casa”.
Fuguet no está hablando de más. Ya tiene listo el primer corte de su tercera película, Música campesina; un proyecto armado en Nashville que –originalmente– era un corto y que gracias a la buena voluntad y energía del equipo, acabó en un largo de tomo y lomo. El director no adelanta el argumento, pero sí que gran parte del filme está hablado en inglés.
“Espero que a pesar de casi ser toda en inglés y ser filmada 100% en Nashville sea una cinta que tenga que ver con las otras que he filmado, y también con mis libros. Es una cinta en tono menor, pausada, donde quise mezclar las influencias de cierto cine asiático contemplativo con el cine que más quiero y amo: el cine americano de los 70. Claramente, si estás en esa ciudad es imposible no pensar en Nashville, la película de Robert Altman; pero creo que una referencia clave fue Espantapájaros de Jerry Schatzberg; aunque con mi directora de foto también vimos antes del rodaje Fat City, de John Huston y una cinta filmada en el Los Angeles urbano de fines de los 50, The Exiles. Pero nada: filmar en EEUU fue una bendición. Uno siente que cada sitio es una escenografía, que todo ha sido filmado, que cada plano, por menor que sea, tiene el espesor de todo el imaginario pop americano”.
¿Fecha de estreno para este proyecto? No es algo que a Fuguet le preocupe demasiado; de hecho, el autor tampoco se complica demasiado por el paso de Velódromo por salas. “La película ya existe, la hemos exhibido al público, la gente la disfruta”. Y se guarda una frase para definir su meta: “eventualmente la película va a llegar a la red. Donde tiene que estar”.